MITOS DE LA EDUCACIÓN MODERNA
Las
más de 150 mil descargas, millón y medio de reproducciones en web, 48,500 fans
en Facebook y 4,478 seguidores en Twitter de La educación prohibida, el
documental que cuestiona los métodos de la educación occidental, y que propone
una educación “centrada en el amor, el respeto, la libertad y el aprendizaje”,
nos hizo despertar nuestro espíritu aguafiestas y preguntarle a un investigador
en temas educativos qué opinaba al respecto. Y lógico, nos dijo que no era más
que el mismo mito educativo que nos quieren endilgar desde hace varios años,
pero sin ninguna investigación que respalde la validez de los nuevos métodos.
Para completar la faena, nuestro amigo Carlos Vílchez-Román desbarata 6 mitos
acerca de la educación moderna.
Por:
Carlos Vílchez-Román
Bibliotecólogo,
especialista en temas de educación.
A inicios del siglo XX la
medicina era una profesión en la que la opinión de los “expertos” tenía el
mismo nivel de importancia que los resultados de las investigaciones médicas.
Los resultados, por supuesto, dejaban mucho que desear. Fue la presión de las
compañías de seguro lo que obligó a los médicos a que respalden su práctica
profesional en los resultados de la investigación científica, en lugar de
basarse en las opiniones personales de supuestos expertos. Esta orientación se
consolidó y fortaleció entre los años 1990-2010 dando lugar al enfoque conocido
como “medicina basada en la evidencia”.
En el último decenio, el
enfoque basado en evidencia se extendió a otras áreas como la agricultura, la
prevención del crimen o la conservación del medio ambiente, lo que ha
contribuido a su consolidación como disciplinas profesionales.
Sin embargo, en el campo
educativo la opinión de los expertos o el recuento de casos anecdóticos tienen
más importancia para la práctica profesional de los educadores que los
resultados de la investigación. En los debates políticos, así como en los
documentales y material de propaganda (por ejemplo, la reciente película La
educación prohibida) estas opiniones y mitos se multiplican y repiten una y
otra vez. Es decir, todo lo contrario a lo que ocurre con el enfoque basado en
evidencia.
Felizmente, desde el año
2011, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) impulsa el empleo de
evidencias de alta calidad en la elaboración de los programas presupuestales
para educación. Si bien es cierto existe un amplio abanico de evidencias,
actualmente se acepta que las revisiones sistemáticas y los meta análisis
constituyen la síntesis de la mejor investigación. Y el MEF también las
considera como las evidencias de mayor calidad a la hora de elaborar políticas
públicas.
A continuación presentamos
cinco mitos bastante populares en el campo educativo –más una consideración
adicional sobre la evaluación docente–, ninguno de los cuales tiene respaldo en
la evidencia de alta calidad.
1.
El uso de computadoras hace que los niños aprendan más
La publicidad de los
colegios particulares destaca el uso pedagógico de la informática como una de
sus fortalezas. A nivel de políticas públicas, desde el año 2007 el Estado ha
invertido más de 225 millones de dólares en la distribución de computadoras
portátiles para los estudiantes de zonas rurales o colegios pobres, dentro del
programa conocido como OLPC (One Laptop per Child).
Sin embargo, las dos
evaluaciones de impacto del programa OLPC no solo demuestran un efecto negativo
en el rendimiento en lenguaje y matemática, sino que también revelan que los
estudiantes que recibieron computadoras estudian y leen menos, y prefieren no
hacer las tareas escolares [1][2]. En Colombia, la evaluación de impacto del
programa Computadoras para Educar también constató el efecto negativo del uso
de computadoras en el rendimiento académico [3].
¿Acaso se trata de
resultados aislados, que responden a las condiciones educativas de Colombia y
Perú? Definitivamente no. Las revisiones sistemáticas y meta análisis
realizados desde 1995 en estudiantes de primaria y secundaria muestran el
impacto mínimo o casi nulo del uso de computadoras sobre el rendimiento
académico [4][5][6]. Incluso un meta análisis sobre estudiantes de educación
inicial, publicado el 2011, ya muestra un impacto negativo del uso pedagógico
de la informática en la educación [7].
2.
Las inteligencias múltiples y la inteligencia emocional hacen que los niños
aprendan más
Con tantos libros
publicados, así como congresos, conferencias y talleres de capacitación
realizados en torno a las inteligencias múltiples y la inteligencia emocional,
es muy difícil pensar que tanta gente, incluyendo los “especialistas y
expertos” en educación, pudiera estar equivocada.
La popularidad del enfoque
de las inteligencias contrasta con la evidencia que la cuestiona seriamente
[8], ya que el propio Howard Gardner, el creador de la teoría de las
inteligencias múltiples, en un reciente artículo señaló que él ya no se
dedicará a demostrar la validez de su teoría [9]. Además, debemos recordar que
las 6 inteligencias originales aumentaron a 8, luego a 10, después a 14, por lo
que hoy se habla de la inteligencia existencial y la inteligencia
medioambiental. Entonces, ¿realmente estamos hablando de inteligencias?
No solo eso, sino que la
síntesis de la mejor investigación en la materia revela que los métodos
educativos basados en la teoría de las inteligencias múltiples tiene un impacto
mínimo o nulo en la mejora del rendimiento académico [10]. Frente a esta
evidencia, algunos “especialistas y expertos” afirman que existen experiencias
positivas, pero éstas por lo general corresponden a la aplicación del modelo de
las inteligencias en colegios de nivel socioeconómico A-B, en los que además de
las clases regulares, los niños suelen tener clases de refuerzo, tutor en casa,
consejería psicológica, más todo el apoyo familiar propio de las familias de
nivel socioeconómico A-B. Pero, cuando se filtra el efecto de la capacidad de
gasto de las familias (lo que se logra al enfocarse en estudiantes que proceden
de familias pobres), el impacto positivo de la aplicación de la teoría de las
inteligencias simplemente desaparece.
3.
“Mi mamá me mima” es un método obsoleto y no sirve para enseñar a leer
Actualmente, el método
predominante para aprender a leer se conoce como enfoque comunicativo, el cual
pone en contacto directo al niño con novelas y cuentos, le da más importancia a
la comprensión del significado de los textos -que suelen estar acompañados de
imágenes e ilustraciones- antes que a la lectura correcta (lo cual lleva a ser
permisivos con los errores) y evita la explicación de la estructura de las
palabras o la repetición de los sonidos que forman las palabras –es decir,
rechazan el enfoque morfológico y fonético.
A pesar de la amplia
popularidad del enfoque comunicativo para enseñar a leer, las revisiones
sistemáticas y meta análisis muestran que el método del “Mi mamá me mima”, la
expresión clásica del método morfológico y fonético, es más efectivo para
enseñar a leer y desarrollar la comprensión de lectura [11][12][13]. Además, si
tomamos en cuenta las experiencias que dejaron huella en nuestra vida, es
imposible negar la importancia del cariño que nos brindaron nuestras madres en
los primeros años de la infancia. Todo ello explica la alta efectividad del
clásico “Mi mamá me mima”.
4.
La mejor manera de aprender matemática y ciencia es permitir que los niños
construyan sus conocimientos
El otro eslogan de la
educación moderna es que los niños no requieren que una maestra o un profesor
les enseñe, porque los niños son capaces de construir sus saberes. Esta visión
constructivista de la educación también es conocida como aprendizaje por
descubrimiento e indagación, y es uno de sus métodos más difundidos es el
aprendizaje basado en problemas (ABP). Aunque a muchos padres de familia y
personas con sentido común esta visión constructivista puede parecerles
sorprendente e incluso inverosímil, lo cierto es que se trata de uno de los
mitos más extendidos de la educación moderna, tal como se puede apreciar en la
reciente película “La educación prohibida” y toda la propaganda alusiva al
tema.
Una vez más, la síntesis de
la mejor investigación presenta datos concluyentes: el aprendizaje por
descubrimiento sin guía alguna por parte del profesor tiene un impacto negativo
en el rendimiento académico, mientras que el aprendizaje por descubrimiento
guiado tiene un impacto nulo cuando se le compara con la enseñanza directa
[14]. A nivel de educación superior, los meta análisis revelan que el ABP tiene
un impacto negativo en la comprensión de conceptos y principios [15][16].
5.
El profesor ya no debe enseñar y transmitir conocimientos, sino debe ser un
facilitador del aprendizaje
Casi todos los mitos revisados
hasta acá pueden resumirse en el mayor eslogan de la educación moderna: la
enseñanza debe estar centrada en el estudiante, por ello, el profesor debe
convertirse en un facilitador del aprendizaje. Esta frase es repetida una y
otra vez por los supuestos “especialistas y expertos” en educación.
Al igual que con los mitos
anteriores, la síntesis de la mejor investigación ha demostrado que la
enseñanza centrada en el profesor (expresada en la instrucción directa y el
diseño de guiones de clase sumamente detallados) tiene un alto impacto en la
mejora del rendimiento académico de los estudiantes de educación inicial,
primaria y secundaria [17][18][19]. Por el contrario, los métodos de enseñanza
que conciben al profesor como un mero facilitador o intermediario tienen un
impacto nulo o negativo en el rendimiento académico.
6.
A propósito de la evaluación docente
A raíz de la nueva propuesta
de Ley de Carrera Magisterial se ha venido discutiendo la importancia de la
evaluación docente, asumiendo que un alto desempeño en esas pruebas de alguna
forma predice el futuro éxito académico de los estudiantes. Lo cierto es que
estamos frente a otro mito, ya que no existe evidencia de calidad para sostener
semejante afirmación. Lo que hay son algunos estudios de seguimiento al
rendimiento de los estudiantes, realizados durante varios años. Allí se ha
encontrado que el puntaje en las pruebas de evaluación docente tiene una
relación muy pequeña con el mejor rendimiento de 270,000 estudiantes evaluados
durante 1994-2003, por el contrario la experiencia docente tiene un relación 10
veces mayor en el rendimiento en matemática y 20 veces mayor en lectura. Es
decir, a mayor experiencia docente, mejor rendimiento académico de los
estudiantes [20]
En resumen, mientras los
cambios educativos no estén centrados en la forma de enseñar, en el contacto
humano entre profesores y estudiantes, las reformas educativas solo cambiarán
aspectos logísticos y administrativos del proceso educativo, no el elemento central:
el vínculo profesor-alumno que hace posible que el profesor enseñe y el
estudiante aprenda.
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