Jaime
Alberto Leal, rector de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia
'Las
élites tienen la mejor educación'
En
el marco de los 32 años de la UNAD, su rector habla de la evolución de la
educación a distancia en el país y de cómo el sistema educativo en general aún
tiene mucho que replantear.
La
UNAD comenzó como Unisur en 1981. ¿Cómo fue el proceso de transición hacia la
universidad a distancia?
“La universidad para el sur
de Bogotá” fue un proyecto presentado por Luis Carlos Galán Sarmiento al Senado
de la República en el gobierno de Turbay. Luego, con Belisario Betancur, se
fusionaron dos propósitos: la formación en educación a distancia y la formación
con una estirpe altamente comunitaria, que es lo que define hoy a la UNAD.
¿Cómo
ha sido el proceso de evolución de la educación a distancia en el país?
En 1981 no existían las
tecnologías de la información, por lo tanto el modelo que teníamos estaba
basado en un escenario formulado en los años 80 con un precepto fundamental: el
autoaprendizaje.
¿De
qué se trata este modelo?
Fomenta el aprendizaje
significativo, autónomo y el trabajo colaborativo. La diferencia con el modelo
pedagógico presencial es que éste está basado en la enseñanza y es una relación
unilateral de conocimiento del profesor al estudiante. Son preceptos totalmente
diferentes.
Con
la evolución que han tenido las TIC, ¿cómo proyecta la educación del futuro?
El propósito de la educación
es uno solo, y en ese sentido, sin importar las plataformas que se implementen,
debe coadyuvar a la formación integral, incidiendo en el desarrollo del ser
como ciudadano, como ser social y como profesional. Si no existe esto, hay una pseudoeducación,
y eso es lo que sucede con muchas instituciones en el país: sólo se dedican a
profesionalizar.
Algunos
asocian el modelo a distancia con una educación marginal. ¿Ese estigma aún
persiste?
Persiste por
desconocimiento. Si analizas las mejores universidades del mundo, como Harvard,
casi las únicas clases presenciales son para escuchar a alguien que está al
otro lado del mundo y a quien se accede por el uso de plataformas tecnológicas.
La UNAD tiene la mayor
cobertura en áreas rurales del país. ¿Cómo logran esto conociendo las
dificultades de esas zonas?
Hemos establecido una
alianza muy fuerte con el Ministerio de las TIC, y gracias a la meta que tiene
de llevar conectividad a 750 de los 1.103 municipios del país. Lo han cumplido
muy bien. Sin embargo, en esos sectores hemos combinado la educación
tradicional a distancia y la educación a distancia virtual.
¿Cómo
hacen con esos lugares que de difícil acceso debido al conflicto armado o al
mal estado de las vías?
Por ejemplo tenemos
estudiantes en Ciudad Perdida, Sierra Nevada de Santa Marta. Los tutores llegan
hasta un punto en carro, luego toman mula y llegan a formar a los indígenas, de
los cuales varios se han convertido en nuestros tutores.
¿Cómo
les va con la deserción?
Ese es un problema que
permea todos los ámbitos académicos en Colombia. Las cifras nos muestran que 47
de cada 100 bachilleres ingresan, y la verdad es que de esos sólo entran 25 a
la educación superior y 22 ingresan al Sena, y las tasas de deserción de esa
institución son casi del 80% en cada corte. En nuestro caso, las cifras son
superiores al 40%.
¿Cuántos
egresados tienen?
Casi 60.000 durante estos 32
años. Tenemos un muy buen posicionamiento en las tendencias de todas las
universidades, gracias a que llegamos a muchas áreas del país a las que muchas
instituciones no acceden.
¿El
sistema educativo en Colombia sí ha avanzado?
En Colombia no podemos negar
que la mejor educación sigue siendo para las élites y al pueblo se le da
cualquier cosa. Basta ir a un colegio de Córdoba, Sucre: niños que tienen que
caminar tres horas para llegara sus escuelas y ni siquiera acceden a una educación
digna. Es un sistema inequitativo, por eso, la educación no está bien.
¿Qué
opina del proyecto que presentará la Mesa Amplia Nacional Estudiantil para
reformar la Ley 30?
En Colombia nadie ha hecho
preguntas fundamentales, ni estas mesas ni el Gobierno. La pregunta es: ¿qué
sociedad quiere ser Colombia en los próximos 50 años? ¿Cómo dejar de ser una
sociedad inequitativa y excluyente? No lo hemos hecho, y mientras eso no se
reponda estaremos retozando en leyes que serán un reparchamiento de la Ley 30,
que además se formuló para otra época.
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