Más
ingenieros, más técnicos, más educación
Según el decano de la
Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Asunción, Paraguay
requiere, en promedio, unos 1.000 ingenieros por año para responder a la
demanda creciente que impone el desarrollo que vivimos como nación.
Por:
Gloria Rolón
Sin embargo –y esto también
según el mismo decano, Isacio Vallejos– anualmente solo egresan unos 90
estudiantes de Ingeniería.
En un intento por paliar
este preocupante déficit, la misma universidad anunció que pondrá en marcha un
programa denominado Yo voy a ser ingeniero.
La iniciativa, de por sí, es
auspiciosa; incluso el hecho de que la propia universidad esté afrontando la
problemática, hacerla pública, e intentar salidas es ya toda una novedad en
nuestro país.
En momentos en que docentes
del sector público de casi todo el Paraguay inician una antipopular medida de
fuerza –y no precisamente por mejorar su nivel formativo y de preparación (que
es lo que tendrían que reclamar y necesitan mejorar)– anuncios así son realmente
dignos de destacar.
La educación sigue siendo
una de nuestras grandes falencias como sociedad.
Es por ello que acciones
como las emprendidas por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional
de Asunción merecen un fuerte respaldo.
Y, fundamentalmente,
involucrar no solo a las nuevas autoridades educativas que asumirán el gobierno
el 15 de agosto próximo, sino a todos los sectores organizados de la sociedad
en el debate sobre la educación en el Paraguay.
No podemos seguir tolerando
que cientos de niños, adolescentes y jóvenes queden fuera del sistema
formativo, pero mucho menos que quienes acceden a él, al terminarlo, persistan
en la ignorancia y la mediocridad
.
El estudio hecho por la
Facultad de Ingeniería deben hacerlo también todas las demás.
A los legisladores,
exigirles que dejen de seguir aprobando la creación de supuestas universidades
privadas que en la práctica lo único que hacen es mercar con títulos a costa de
ilusionados jóvenes. Necesitamos universidades, claro que sí, pero no de las
que lanzan al mercado ejércitos de malformados profesionales, que luego pasarán
a engrosar la lista de ciudadanos fracasados.
Como decía Confucio, allí
donde exista buena educación y excelencia, no habrá distinción de clases.
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